HOMENAJE CON MAYÚSCULAS A JUAN DE LA PLATA
Diario de Jerez. Fran Pereira. 14/07/2013
Como en el flamenco, el duende no suele aparecer a menudo, sólo en ocasiones contadas para el deleite de los buenos aficionados. Sin duda era una y aunque no estábamos hablando de un espectáculo ni nada parecido sí que se decidió estar presente. Lo hizo enmascarado en una palabra, emoción, la mejor manera de honrar a una de las personas a las que el flamenco más debe, Juan de la Plata.
En medio del calor de familiares, amigos y artistas, el escritor y periodista jerezano recibió el reconocimiento de su Jerez natal en un acto promovido por la Academia de las Artes y Ciencias del Flamenco.
Al contrario que muchos eventos de este tipo, el acto resultó especialmente emocionante y sentido y las palabras de cada uno de los participantes fueron siempre desde el corazón.
Juan es una persona querida y admirada por muchos, y a su homenaje no quisieron faltar artistas del mundo del flamenco como Cristina Hoyos, Fosforito, Cancanilla de Marbella, Luis Moneo, el bailaor Juan de Juan, María José Franco, Juan Manuel Moneo, Paco Cepero, Angelita Gómez y Luisa Triana, y artistas de otros gremios como el pintor Pepe Basto o el rejoneador Álvaro Domecq. Tampoco personalidades de instituciones como el director del Instituto de la Cultura Gitana, Diego Fernández, el poeta Antonio Murciano, periodistas del flamenco como Emilio Jiménez Díaz, Pepe Marín o José María Castaño e incluso su inseparable compañero en la Cátedra de Flamencología, Manuel Pérez-Celdrán.
Igualmente, el mundo de las peñas jerezanas quiso respaldarle, a través de su presidente Manuel Moreno, y de peñistas de entidades como Los Cernícalos, La Bulería, la Peña Costumbrista, Pepe Alconchel y Tío José de Paula.
Fue Luis Adame, presidente de la Academia de las Artes y Ciencias del Flamenco, quien abrió el turno de palabra para explicar que el acto en sí era la continuación "del que hicimos en Sevilla el día 14 de febrero y donde se acordó nombrar a Juan de la Plata como miembro de honor".
Ramírez Heredia reivindicó el acto como un merecido homenaje
De seguida, tomó el relevo Juan de Dios Ramírez Heredia, amigo íntimo del jerezano, un excelente orador que consiguió, tras un discurso cargado de pasión y sensibilidad, arrancar alguna que otra lágrima del protagonista. Quiso Juan de Dios "glosar la amistad que me une con este hombre" y lo hizo a modo de currículo sentimental y reivindicando el acto "como un merecido homenaje". Su aparición culminó con unos versos del propio Juan dedicados a su esposa Concha y que levantaron a toda la sala: Día 19 de agosto/nunca se me olvidará/ perdí lo que más quería/ pa toda la eternidad. Se fue sin decirme ná/ pero todavía tengo/ su miraíta clavá.
Aún turbado por la intervención de su 'hermano', Juan apenas pudo contener las lágrimas al acordarse de su familia, en especial de su hija. Superado por la emoción, el periodista recordó la importancia de la Cátedra "en un momento en que aún no existía en España, ni en lo más mínimo, el enorme interés que actualmente existe por conservar el arte flamenco de nuestro pueblo. No existían ni peñas ni centros culturales, ni las autoridades aún habían adoptado acuerdos para su engrandecimiento".
Dentro de un acto tan señero a nivel personal, Juan quiso también hacer su propio homenaje a todos esos artistas que engrandecieron el flamenco en Jerez. Se acordó de Mairena, de Caracol, de "nuestra Paquera y nuestro Terremoto", de "la gran Tía Anica la Piriñaca, mater et magistra del cante"; de "Chocolate, Diamante Negro, Tío Juan Talega, mi entrañable Fosforito"; de "mis admiradas amigas las reinas del mejor baile, Rosa Durán, Pilar López, Trini Borrull, Matilde Coral, mi entrañable Angelita Gómez y mi recordado amigo el bailaor Paco Laberinto"; y de " aquellos ilustres magos de la guitarra que fueron mis amigos, y que, en Jerez, se llamaron Javier Molina, Rafael del Aguila, Sebastián Núñez, Parrilla y Moraito; o ese presente de oro que se llama Paco Cepero, y el porvenir de plata del joven Antonio Higuero; sin olvidar al sabio maestro Perico el del Lunar".
"No sea para mí, sino para ellos, este homenaje -continuó-, que hoy se me rinde, y que les dedico con todo mi corazón", concluyó, respondiendo el público con una cerrada ovación, en pie y a ritmo de bulerías.
El grado de conmoción que recorrió la sala no dejó indiferente a la propia alcaldesa, María José García-Pelayo, quien mostró su lado más humano al emocionarse mientras aludía a la familia de Juan. Con las lágrimas saltadas, la primera edil repasó su dilatada aportación a la ciudad y concluyó haciendo mención a lo que muchos consideran un deber de esta tierra, la creación "de un espacio para que las futuras generaciones reconozcan lo que Juan de la Plata ha hecho por Jerez".