En la raíz del flamenco
En la raíz del Flamenco
La Academia de las Artes y Ciencias del Flamenco estrenó el 18 de febrero en el Teatro Lope de Vega de Sevilla un MACROESPECTACULO que aglutinó a un apabullante número de figuras del flamenco. El espectáculo en su primera parte rinde homenaje a Carmen Amaya con motivo de su centenario, y recrea bailes de Carmen y de su época, con el protagonismo femenino de Pastora Galván, Karime Amaya y Paloma Fantova y la réplica de Jesús Carmona y Junco, e intervención de Dorantes al piano y La Tana al cante.
La segunda parte del espectáculo hace un recorrido por los cantes de Huelva, Granada, y Málaga, introducidos por Toñi Fernández y Rocío Bazán acompañadas respectivamente por Pedro Sierra y Manuel Herrera. En esta segunda parte La Cañeta y Remedios Amaya al cante protagonizaron algunos de los momentos vitales de la noche, y se pudo disfrutar del derroche de tener juntos nada menos que a casi todos los Farruco (Farru, Barullo, la Faraona) y a Juan de Juan, José Maya y Alfonso Losa.
Cerró el espectáculo Farruquito bailando por Solea hasta romperse las botas, que se quitó.
Participaron también José Galván, Claudia Cruz, Almudena Serrano, Marina Valiente y María del Mar Montero al baile, Enrique "El Extremeño", Manuel Tañe, Antonio Villar, El Rubio de Pruna, Luis Moneo y Miguel Ortega al cante, con David Cerreduela, Román Vicenti y Tuto a la guitarra.
El evento supuso un hito histórico al ser, probablemente, la primera vez que se reúnen tantas figuras del flamenco en un mismo escenario, y un acontecimiento difícilmente repetible.
La participación de los artistas que intervinieron fue desinteresada y altruista en beneficio de La Academia, y el evento, financiado en parte por la Fundación Tablao Cordobés, contó con el apoyo de la Secretaría de Estado de Cultura del gobierno de España y el Ayuntamiento de Sevilla, y la presencia de la Consejería de Cultura de Andalucía.
NOTAS AL PROGRAMA:
La versatilidad formal y de fondo del flamenco, compuesto de piezas que forman un gran mecano permite la composición de infinitas propuestas escénicas, a modo de clave bien temperado, con infinitas variaciones, mil espectáculos flamencos, son mil visiones distintas sobre los mismos temas y por lo tanto siempre nuevo, distinto, inagotable, tan inagotable y distinto como el “ser”. El tremendo individualismo del flamenco, su narrativa íntima, es un parto personal y exclusivo de dolor, angustia y felicidad, que se comprende (de ahí su universalidad), y se puede compartir, pero es un acto en solitario.
El duende, que según Lorca, hay que buscarlo en las últimas habitaciones de la sangre, hace muy difícil contar historias o argumentos colectivos. Por eso la dura y hasta terrible aventura teatral del flamenco, cuando no quiere alejarse de la orilla, porque sabe, que ese desarraigo le obligará a impostarse para convertirse en espectáculo. Es verdad sin embargo, que las formas jondas del flamenco, de la mano de los grandes intérpretes y algunos genios de nuestra cultura, en permanente lucha por la audiencia, lo han logrado. Con ello nos ha abierto la puerta de la esperanza a todos los que creemos en el valor de las raíces, para intentarlo permanentemente.
El espectáculo que presenta la Academia, su ADN plural, consciente de estos peligros, pretende ser una declaración estética de principios. Primero, dar a conocer a las nuevas generaciones, en ocasión de sus efemérides, la obra de los grandes creadores e intérpretes que hicieron y fueron construyendo este arte a lo largo de la historia, segundo, viajar por la geografía del flamenco de forma libre, utilizando sus contrastes, para ir a morir en la fuente.
Con solo un vehículo, la calidad de sus intérpretes, hoy, entregados a una causa común, con una sola voz, reunidos en un gran “cuarto” de cabales, sin aspavientos escenográficos y sin más recompensa que ser comprendidos.
Luis P. Adame
Presidente de la Academia de las Artes y Ciencias del Flamenco
HEMEROTECA:
Por Manuel Martín Martín
19/02/2013
Diario El Mundo
Sevilla pura y jonda
Un salvoconducto de 1425 que razona la arcaica fortaleza de lo jondo con los sueños de la razón, está 'En la raíz del flamenco', la propuesta con que la Academia de las Ciencias y las Artes del Flamenco se ha presentado a Sevilla propugnando cómo implicar a la sociedad civil para gestionar la cultura flamenca.
El espectáculo es insaciable en el elenco, ambicioso en su exigencia estética y de una hondura ética sin paliativos, de ahí que aplique lo gitano a partir de un punto cero, las primitivas tonás con Moneo, Extremeño, Ortega y Villar, para así generar orden y conducir la historia hacia un venturoso porvenir con la seguiriya de Carmona y El Junco.
El baile posee tanta variedad como la voz, pero es más expresivo, lo que explica que se recuerde a Carmen Amaya, en el centenario de su nacimiento, con una Pastora pletórica en su cante y baile por bulerías y taranto, cediendo así al elogio de La Tana con Dorantes y a las alegrías de Karime y Fantova, toda una colección de signos que dan sentido al antiacademicismo.
Pero si los ecos fluyeron junto a las fuentes del fandanguillo local, Granada, Huelva y Málaga, se acreditan con la granaína o los fandangos de Galván, amén de la malagueña con verdial de Toñi y Rocío, la portentosa evocación que El Junco hizo de Escudero y Gades por farruca o la caña con la que Carmona perpetuó a Antonio, hasta que los tangos del eje Granada-Málaga de La Cañeta y Remedios excitaron los duendes de un Farruco tan deslumbrante que los puso a las puertas del arrabal sevillano.
Con esta lluvia de estrellas llegó la propuesta a Triana -en otros foros será Cádiz y Los Puertos o Jerez-, que nos recibe con los tangos de La Faraona y la seguiriya de Tomás, para dar paso a Losa, Juan de Juan y Maya, y desembocar en la mágica soleá de un Farruquito que hasta rompió las botas por desnudar su alma de grande del baile Y Sevilla, a quien se le atribuye si no el origen del flamenco sí al menos la necesidad física de interpretarlo, quedó limpia de Bienales hasta quedar pura y jonda.