BIOGRAFÍA DE LA BAILAORA DE FLAMENCO FLORA ALBAICÍN
Flora Albaicín
Durante un breve periodo de tiempo, Florentina bailará con el célebre Antonio El Bailarín en su ballet. Más adelante, la artista quiere volver a formar parte de su compañía pero es la solista Carmen Rojas quien ocupa su lugar. La propuesta del maestro es que compartan papel pero Albaicín, rechaza rotundamente la proposición.
Florentina actúa por última vez en el ballet de Antonio en 1954 y en 1956, y lo hace junto a Roberto Iglesias.
Pena Negrade Soledad Montoya, despunta esa noche dentro del programa con un minimalista decorado creado por Josep Guinovart, en el que la bailarina viste un llamativo y original diseño verde botella de Trabal Altés, y deslumbra con su menejo de la bata de cola. Todo ello muestra cuán trascendental es la conjunción de disímiles especialidades del arte, para que duende y ángel, perciban el arrope que Flora irradia desde el escenario.
En 1957, tras un breve paso por el ballet de Roberto Ximénez y Manolo Vargas, se casa con un destacado empresario catalán, y abandona el baile. Como no puede vivir sin este arte, funda una academia propia, solo para mujeres, que será una de las escuelas de flamenco más prestigiosas de la Ciudad Condal.
Flora Albacín perece el 13 de marzo de 1998, dejando el legado a su hija Flora, quien como su madre, actuará e instruirá con el eficiente Método del baile flamenco referido en su libro El arte del baile flamenco transcrito con Alfonso Puig.